
Tienes una cita, has quedado con tu mejor amiga o te apetece ir a pasar una tarde con tu madre… Hay mil planes que requieren un sitio especial para reunirse. En Barcelona hay muchos locales escondidos llenos de magia perfectos para reuniones en petit comité.
Caelum
C/ de la Palla, 8 (muy cerca de la Catedral).

En el barrio gótico de Barcelona, en una calle transitada por turistas y a veces poco conocida por los que son de la ciudad. Ahí se encuentra esta cafetería de dos pisos en la que podemos degustar dulces tradicionales. Caellum es un sitio curioso cuyas creaciones se inspiran en los dulces que han hecho toda la vida las monjas de los conventos: dulces de calabaza, trufas de chocolate, rosquillas, magdalenas, cortadillos de hojaldre, glorias de albaricoque, bizcochos de canela, empanadillas de manzana, mermelada de melón, huesos de San Expidito, leche frita, manto de monja, yemas de San Leandro, flan de cerezas de la Ascensión…
Tendréis que ir más de una vez para poder probar un pedacito de todos estos dulces. Os recomiendo acompañarlo de un té de melocotón y disfrutarlo todo en una de las mesas del piso de abajo del local.
Giulietta
Plaza Tetuán, 4.

Esta pastelería inauguró hace relativamente poco pero sus pasteles y dulces nos tienen a todos enganchados. En Giulietta Cafè todo está hecho artesanalmente y diariamente por su pastelero. Además intentan utilizar, siempre que sea posible, productos de zonas próximas.
En el local encontrarás panes, zumos naturales, batidos, bocadillos, sándwiches y mucho más en su mostrador exposición, recetas que componen meriendas, y comidas saludables. El fin de semana puedes ir a probar su brunch. Por supuesto, su punto fuerte son los pasteles: carrot cake, red velvet, tartas de todo tipo, de nata, de chocolate de frutas… y gran variedad de cupcakes. Incluso los puedes pedir por encargo y llevártelos a casa para alguna celebración.
We Pudding
C/ Pau Claris, 90.

We Pudding se presenta como la primera cafetería para jóvenes, aunque en realidad se llena siempre de gente de todas las edades. Los pasteles de este sitio están buenísimos y la decoración del local enamora a todos los que pasan por delante, aunque lo cierto es que su filosofía es muy innovadora y es mucho más que un lugar al que ir a tomar algo.
El local organiza una serie de actividades para niños y jóvenes en su local para que jueguen, creen y aprendan. Los adultos con hijos pueden aprovechar y consultar todos los talleres que hacen, aunque es obligatorio quedarse a probar su pastel de zanahoria o chocolate blanco acompañado de una buena taza de chocolate caliente con nata, seas o no seas un niño.
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