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El cuerpo también pide un respiro cuando la rutina no afloja. Esta experiencia combina técnicas al gusto con un plus sensorial que va de los pies a la cabeza
¿Y si en vez de quejarse del estrés, se deja que unas manos expertas hablen por uno? Esta propuesta tiene el toque justo entre relajación profunda y atención personalizada, todo en un ambiente pensado para apagar el ruido de la rutina.
Ambas opciones incluyen un masaje corporal de 50 minutos, ya sea para liberar tensiones o para mimar los músculos con un toque suave o firme según se prefiera. La diferencia pícara llega con la segunda opción, que añade un extra de 15 minutos de masaje craneosacral y reflexología podal, para sumar un enfoque más completo sin salir del placer esencial del masaje.
Así, la elección queda entre un masaje clásico y un combo que invita a explorar sensaciones nuevas sin perder la esencia del masaje corporal.
Este espacio invita a dejarse llevar por el arte del bienestar personalizado, en manos de profesionales que saben cómo tocar el punto justo. La experiencia combina técnicas pensadas para activar la energía y soltar tensiones ocultas. Cada sesión se convierte en un paréntesis sensorial donde solo mandan el silencio y las manos expertas. La ambientación suma al ritual, con un entorno cuidado que potencia cada sensación. Es el rincón ideal para quienes buscan algo más que solo relajación: una pausa con carácter y un toque de picardía.